Cunado tenía yo 9 años vivía en Buenos Aires, en la noche de Reyes, con mucho calor, esperaba impaciente los regalos que nos traerían a mi hermana y a mí. Por la mañana, en el salón, allí estaban, muñecas para mi hermana, y un paraguas, un parchís, una botas de agua y Dalian Kifki para mí.
Sus majestades pensaron que me había hecho mayor pero yo no estaba muy de acuerdo; hubiese preferido alguna muñeca... Por la tarde, con mucha desgana, abrí el libro de Dailan, mi primer libro, (yo ya había leído algunos libros de cuentos, pero éste tenía muchas páginas y era como una novela) y tuve por primera vez la sensación de que no lo podía dejar, de la alegría que sólo un libro que nos encanta nos puede proporcionar...
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